martes, 31 de marzo de 2009

King Lear

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El Rey Lear forma parte de la saga de grandes tragedias de Shakespeare.
Es una obra extraña desde su concepción, y que no ha terminado de agradar al público durante siglos.

Por primera vez y en contra de los preceptos aristotélicos que indican que una tragedia debe plantear una sola trama, Shakespeare desarrolla dos tramas con igual protagonismo y violencia.

Es una obra dura y violenta, que trata de la culpa, el arrepentimiento y el dolor. El castigo a los personajes principales se ve trasladado al plano físico, dando algunas de las escenas más terribles del teatro isabelino (como la protagonizada por Gloucester).

Tanto es así que la historia no fue del agrado de todos los públicos, y se mantuvo en cierto ostracismo durante mucho tiempo. Se representó en el estreno y permaneció olvidada hasta la restauración del teatro en 1681, cuando Nahum Tale reescribe la obra para volver a presentarla. La reescribe reduciendo considerablemente la subtrama (la historia de Gloucester y sus hijos), elimina el personaje del bufón y cambia el final de la obra porque resultaba insoportable. Esta versión permaneció hasta el siglo XIX, cuando los románticos redescubrieron a Shakespeare (como a tantos otros autores) y elogiaron la obra original.

Como en sus otras obras, Shakespeare despedaza el alma humana a través de sus personajes. Vuelve a mostrar una amplia galería de personajes muy complejos, de donde destacan a mi parecer Edmond, Edgard disfrazado de Tom, el bufón, el propio Lear... Personajes todos ellos que no son ni buenos ni malos, sino que son víctimas de su pasado, de sus traumas y de su experiencia, como lo somos todos. Son personajes que evolucionan de forma clarísima durante el desarrollo, y que son castigados por sus errores de forma física, ofreciendo algunas de las escenas más crueles del teatro isabelino.

La obra es más cruel y desesperanzadora que ninguna otra de Shakespeare; y atenta directamente contra el principio de justicia poética que espera el público. Tanto es así que se ha tratado la obra como una anticipación al nihilismo, y los existencialistas la trataban también como un avance al teatro del absurdo.

En definitiva, una obra brutal, cruel y universal. Shakespiriana, por supuesto.

Y además, una obra que me permite reanudar mi partida de póker.

PD: Este es el post número 100, quién lo iba a decir...

4 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Felicidades por el post número cien... Digna celebración, sí

Calpurnia dijo...

enhorabuena! :D
no se si sabes que Kurosawa hizo una peli basada en el rey Lear, se llama Ran por si te apetece.

Anónimo dijo...

¡Buena lectura!
La interpretación cinematográfica del "Rey Lear" de Peter Brooks en 1970, no está mal tampoco, se nota mucho lo teatral (sobre todo en el énfasis en las partes dialogadas), aunque creo que fue ésa la intención del director.

Kiryë dijo...

¡Gracias por las felicitaciones! (de hecho no me di cuenta hasta que fui a publicar).

Calpurnia, suena muy interesante, ya te diré cuando la vea.

Retahílas, gracias también por la recomendación. La buscaré en seguida. Creo que prefiero que se note lo teatral. Una de las cosas que me parecen más interesante del teatro isabelino es la importancia del diálogo entre personajes para recrear aquello que no se ve.