Lupus

Autor: Frederik Peeters
Año: 2002 (primer volumen) - 2006 (cuarto volumen)
Editorial: Astiberri (2005-2007)

Frederik Peeters es un joven autor suizo, que empezó a hacerse notar a raíz de la publicación de Píldoras Azules (2001), una obra autobiográfica de carácter muy intimista en la que Peeters explica el inicio de su relación con una mujer seropositiva y su hijo de tres años. Pese a lo sensacionalista de la sinopsis, el cómic trata de forma lineal y sencilla temas tan clásicos como el amor, la inseguridad o el miedo, en definitiva, las relaciones interpersonales; creando una obra entrañable sin caer (ni acercarse siquiera) a la ñoñería o la autocompasión.

Ya en esta obra prometía, pero en Lupus Peeters demuestra que es capaz de saltar mucho, mucho más allá. De un marco costumbrista y cotidiano pasamos a un contexto de ciencia ficción, donde el autor nos embarca en un road-comic espacial, con naves y viajes interplanetarios. Pese a lo extravagante de la presentación, el tema es parecido al retratado en la obra anterior. A través del protagonista, Lupus; el autor analiza al individuo frente a los demás individuos: nuevamente sus miedos, sus inseguridades, sus cavilaciones, sus decisiones racionales e irracionales... estudiando los fundamentos de la amistad, la confianza y también el amor. Nuevamente el lector se sumerge en una historia de carácter intimista con la que es fácil empatizar. Se podría decir que la verdadera trama no sucede en el espacio físico, sino en el desarrollo y la evolución de los personajes y concretamente del protagonista. Cabe destacar la maestría del autor para definir los personajes, perfectamente encasillados en unos roles concretos más cercanos a las tipologías de la vida real que a las de la literatura clásica.
En cuanto a la parte gráfica, ésta se define por dibujos simples de trazos muy marcados y rápidos, en la que la huella del autor es totalmente evidente. Estos dibujos se presentan en sobrio blanco y negro, y carecen de sombras y grises intermedios, así como de tramas más allá de las dibujadas directamente a mano. Pese a lo tosco del dibujo, los personajes no pierden nada de expresividad, y los escenarios están excelentemente retratados. Cabe destacar dentro de este apartado los primerísimos planos y las escenas más "surrealistas" (los sueños de Lupus, por ejemplo, o las imágenes espaciales); donde la viñeta resulta confusa, en muchos casos una amalgama de trazos y líneas donde la interpretación figurativa resulta difícil, pero que sin embargo contibuyen enormemente a la ambientación de la historia en el plano más psicológico.

En definitiva, en Lupus se habla una vez más de temas clásicos, de las relaciones entre los seres humanos y de sus inquietudes que, enmarcadas en este caso en un contexto atípico, siguen siendo universales.