Hace un par de días me acabé El Circo del Desaliento, el primer tomo recopilatorio de historias de David Rubín.
David Rubín (dibujante gallego) tiene una sensibilidad que bordea siempre la desesperación, la melancolía y, en definitiva, el desaliento. Sus historias son muy intimistas y humanas, y tratan de temas de alma y entrañas, diría yo.
Creo que es un autor al que hay que leer en pequeñas dosis (y no como hago yo, que me leí el libro del tirón), porque Rubín escribe y dibuja de forma muy apasionada, muy arrebatadora y también muy deprimente, sobre todo en este primer libro.
Antes había leído La tetería del Oso Malayo (2007), otra recopilación de historias cortas (más bien cuentos), algo más variada en cuanto a temática y también más madura en general, con un aire algo más esperanzador y personajes muy entrañables.
Las historias de David Rubín parecen algo así como una autoterapia donde el autor deja ir todo aquello que le rodea por la mente. Así cada recopilación tiene un poco de cajón de sastre, con reminiscencias superheroicas, mitológicas, de fábulas y hasta leyendas sanjorgianas; pero siempre son los sentimientos a flor de piel, como hilo conductor.
Si lo veo en el próximo Saló del Còmic le daré un abrazo, porque lo cierto es que me da un poco de penita que siempre esté tan triste.
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1 comentario:
Bien, a ver dónde lo pillo yo en estas tierras tan lejanas de la metrópoli...
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