martes, 23 de septiembre de 2008

¿Cómo es realmente Hobbes?


No pienso en Hobbes como un muñeco que cobra vida milagrosamente cuando aparece Calvin. Ni tampoco pienso en Hobbes como un producto de la imaginación de Calvin. La naturaleza de la realidad de Hobbes no me interesa. Calvin ve a Hobbes de una manera, y todos los demás lo ven de otra. Muestro dos versiones de la realidad, y cada una tiene sentido para el participante que la ve. Creo que es así como funciona la vida. Todos no vemos el mundo de la misma manera, y eso es lo que dibujo en la tira. Hobbes trata más sobre la naturaleza subjetiva de la realidad que sobre muñecos que cobran vida.

Bill Watterson

Calvin & Hobbes es uno de los mejores cómics que me han pasado frente a los ojos. (Si no el mejor, y difícilmente superable en el futuro).
Calvin & Hobbes es una de esas lecturas al estilo de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry (salvando las evidentes distancias), en tanto que se parte del mundo infantil para ofrecer una visión más o menos crítica (en el caso de Watterson, yo diría que bastante ácida) del mundo adulto.
Calvin es un niño cuya realidad pasa enteramente por el filtro de su imaginación, como vía de escape del "tiránico" mundo adulto. Esta visión permite al autor desarrollar desde mordaces (y certeras) críticas a la sociedad y al ser humano en general (porque al contrario que otras tiras cómicas, Calvin & Hobbes es muy universal y, pese al contenído crítico, bastante desligada de un contexto sociopolítico específico); así como mundos de fantasía o tiras desde la más infantil inocencia; entre otras muchísimas combinaciones.


Por si esto fuera poco, Watterson demuestra de forma sibilina que domina el dibujo mucho más allá de la caricatura. No sólo por increíble expresividad con la que dota a sus personajes y con la sencillez casi minimalista con que los dibuja, sino también añadiendo de vez en cuando dibujos fuera del estilo de la tira y, sobretodo, a través de la composición de las viñetas. Aunque también por cosas como ésta:


Al contrario de lo que muchos lectores hemos pensado, Calvin no está inspirado en nigún hijo o familiar del autor, ni siquiera en su infancia; más bien al contrario.

Utilizo a Calvin como salida a mi inmadurez, como una forma de mantener mi curiosidad por la naturaleza, como una forma de rediculizar mis propias obsesiones, y como una forma de comentar la naturaleza humana. No querría tener a Calvin en mi casa, pero en el papel, me ayuda a sortear y entender mejor mi vida.

La tira se empezó a publicar a partir de 1985 y hasta el 31 de diciembre de 1995, cuando Bill Watterson decidió interrumpir la serie y su carrera como historietista:

Estimado editor: Dejaré de dibujar "Calvin y Hobbes" a fin de año. Esta no ha sido una decisión impulsiva ni fácil de tomar, y lo hago con algo de tristeza. Sin embargo, mis intereses personales han cambiado, y creo que he hecho lo que he podido dentro de las limitantes de las fechas de corte y el tamaño de los paneles. Estoy ansioso de trabajar a un ritmo más meditativo, con pocos compromisos artísticos. Aún no me he decidido por proyectos a futuro, pero mi vínculo con la Universal Press Syndicate continuará.
El que tantos diarios hayan publicado a "Calvin y Hobbes"
es algo que siempre me honrará, y agradezco sobremanera su apoyo e indulgencia a lo largo de la pasada década. Dibujar esta tira cómica ha sido un privilegio y un placer, y agradezco que me hayan dado la oportunidad. Sinceramente,

Bill Watterson.

Además de eso, y pese a la presión de los editores, Watterson nunca ha autorizado el uso de sus personajes para merchandising ni para hacer series animadas, para proteger su obra del "abaratamiento". Igualmente, el autor se niega a firmar autógrafos, dar entrevistas y revelar dónde vive, por lo que hace pocas apariciones en público.

Más información interesante aquí y aquí.

2 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Calvin y Hobbes es, después de Mafalda, la mejor biblia que un ateo como yo pueda llevar bajo el brazo

Anónimo dijo...

Hay algo en este cómic que nos ayuda a crecer y lo evita a la vez.
Y es que yo de mayor quiero ser Hobbes o ser feliz sabiendo lo hijo de puta que es el mundo.